El resentimiento es un huésped que puede alojarse fácilmente en el corazón. No importa la edad, el color de piel o la religión que se tenga, siempre está rondándonos, esperando que le demos una oportunidad de entrar en nosotros, solo quiere una pequeña grieta en nuestro ser en donde pueda depositar su maligna semilla.
El resentimiento puede iniciar ese anidar en tu corazón de una manera sutil, la inconformidad de las reglas establecidas, el rencor, pariente cercano del resentimiento, porque no se te hizo justicia, porque no se te dio lo que merecías, porque nadie reconoció tu trabajo o porque nadie te hizo caso.
Tú puedes hermano mío, decir “no” al resentimiento. Un buen numero de las quejas que tienes, de los desdenes que piensas haber sufrido, fueron acciones que nunca tuvieron la intención de lastimarte.
Di “NO” al resentimiento, si le das albergue en tu corazón, va a dañar tu vida, va a causarte dolor y finalmente amargara tu existencia, privándote de disfrutar todas las cosas bellas y hermosas que Dios ha creado para ti.
Pbro. Isaías Salazar M.
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.