Si, felicidades, no es navidad, ni tu cumpleaños, es un día normal, pero especial para ti; porque estas vivo, respiras, caminas, comes y tienes lo necesario para saciarte.
Con tus ojos percibes el brillo de mil colores. Tus oídos registran sonidos variados. Tu tacto y tu piel experimentan mil sensaciones. Felicidades, porque tienes sentimientos, ideas, preguntas, respuestas. Porque tienes familia, amigos, hogar. Porque eres capaz de amar y ser amado. Porque con sufrimientos y alegrías construyes tu vida como persona, hijo(a), esposo(a), madre, padre, hermano(a), amigo(a).
¿Ya ves que vale la pena ser felicitado, aunque no sea tu cumpleaños?
Además es un día especial: porque tienes a tu lado personas que te aman y a las que puedes amar. ¿Se te puede felicitar o no? No te agobies por el mañana, recuerda que Jesús dijo: “No os afanéis por el mañana, porque…traerá su afán, basta cada día su propio mal” Mat. 6:34. Vive el hoy y recuerda que no es feliz el que hace lo que quiere; sino el que quiere lo que hace. Hermano; Dios desea darte felicidad completa y el gozo verdadero. Solo tienes que saber y aprender a esperar en Él. Por ello, comienza cada mañana recordando “el entendido en la palabra hallara el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado” Prov. 16:30.
¡¡Felicidades!!