Hermano, ayer en medio de un problema que viví, sentí tu apoyo, tu comprensión, tu ayuda y tu simpatía. No me dijiste y largo y cansado sermón, solo me repetiste un texto bíblico, no me hablaste con palabras melosas o maquilladas con un falso tinte espiritual cuyo tono a veces lastima el corazón, haciendo a uno sentirse el mas culpable y pecador de todo el universo.
Tu solamente, hermano, conversaste conmigo sacrificando tu tiempo, tu descanso y tus propios asuntos para hacerme compañía, hasta ver mi problema resuelto completamente en beneficio mío.
Le doy gracias a Dios por personas como tú que no escatiman esfuerzos para apoyar a su hermano en necesidad, como una expresión de Fe y de Amor en Jesucristo. Me siento obligado a darle mi ayuda a otros de la misma forma en que tu lo hiciste conmigo el día de ayer.
“No se cansen de hacer el bien … Galatas 6:9
Pbro. Isaias Salazar M.
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.