Un maestro al despedirse de su discípulo, luego de haberle enseñado todo lo que necesitaba para defenderse en la vida, le dijo:
“Mi amado discípulo, ya te he enseñado todo lo necesario para salir triunfante en ésta vida, sin embargo me falta darte este último regalo (le entrego un trocito de papel doblado). Y añadió:
Cuando estés en los momentos más tristes de tu vida: Lee el papelito.
Cuando te encuentres en problemas y sientas que no puedes más: Lee el papelito.
Cuando te sientas incomprendido y muy sólo: Lee el papelito.
Cuando te sientas la persona más feliz de ésta tierra, y que nada te falta: Lee el papelito.
Cuando te encuentres en los momentos más angustiantes de tu vida: Lee el papelito.
Entonces luego de escuchar al maestro, el discípulo leyó el papelito y decía:
“Solo el amor de Dios es eterno,
nada más puede perdurar para siempre”
Edith Yoana Flores Morales
Pastora Presbítero Itinerante