El ejemplo de Jairo

En nuestra cultura se considera al hombre como el ser fuerte, con dureza, de pocos sentimientos, poco expresivo.
Pocos o muy pocos abren su corazón en momento de necesidad.

En la Iglesia es muy común escuchar relatos y testimonios de mujeres que desgarran su corazón ante el señor en momentos de crisis, de enfermedad o de tribulación. Poco se habla de un hombre que acude con desesperación a Dios. En la sagrada escritura encontramos algunos ejemplos de hombres que abrieron su corazón. Nehemias, Job, David, Jairo.
Echemos un vistazo al relato de Jairo (Lucas 8:40-42, 50-56) un hombre líder en su comunidad, es principal de la sinagoga. Todo un líder religioso y social, siendo así, en nuestros tiempos seria muy difícil ver a un hombre dejando quebrantado con esa jerarquía. No en el caso de Jairo, que dejando de lado todo formalismo y el que dirán, abre su corazón al Señor Jesús, cuando su necesidad es mayor, y claro su hija esta enferma.
No solo se postra ante el Señor, sino también le ruega que lleve bendición a su casa. El relato es hermoso porque recibe la petición de su corazón.
Como varón de Dios ante la necesidad que ves en tu casa, en tu familia, en tu trabajo, en tu iglesia. ¿Eres duro de corazón, te da miedo mostrar tu sentir? ¿O abres tu corazón al Señor como Jairo y recibes la bendición de Dios para tu vida?

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