Hermanos, ya es tiempo de que nos despertemos de nuestro sueño, dejando de participar en obras infructuosas, antes que suene la trompeta del Señor y nuestra patria se convierta en un lago de sangre.
Ojalá y veamos las cosas que son necesarias para nuestra paz antes de que se esconda de nuestra vista. “Vuélvenos, oh Dios, salud nuestra, y haz cesar tu ira de sobre nosotros; mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña y haznos saber el día de nuestra visitación”
“Ayúdanos, oh Dios, salud nuestra, por la gloria de tu nombre: y líbranos, y aplácate sobre nuestros pecados por amor de tu nombre.” Así no nos volveremos a ti: vida nos darás, e invocaremos tu nombre. Oh Jehova, Dios de los ejércitos, haznos tornar; haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Permite a tu iglesia estar preparada para tu segunda venida, dejando las obras infructuosas que contaminan la vida del ser humano y alejando nuestra vida de lo que nos separa del Señor.